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domingo, 9 de mayo de 2010

Mi aventura de ser maestro

Como percibo mi docencia.

Al inicio del semestre elaboro la planeación y cronograma de las materias que me corresponda impartir, junto con las listas de cotejo y guías de observación que utilizaré, ya que tenemos la libertad de elaborar estos formatos cada docente. Este material lo entrego al subdirector académico, que en mi escuela es el encargado de revisarlos y darles el visto bueno.
En la primera clase con cada grupo, primero realizo una dinámica dónde involucro conceptos básicos sobre la materia que se impartirá, y de esta manera se logra romper el hielo y al mismo tiempo me sirve como diagnóstico qué me da la pauta para iniciar con el programa. Después les hablo en forma general de los contenidos que abordaremos, sin perder de vista el objetivo general de la asignatura y el objetivo particular de la unidad que queremos lograr, también las actividades que se van a realizar y la forma de evaluar.
Por lo general las clases las comienzo saludando a mis alumnos, tratando de mostrar un gran entusiasmo y ganas de trabajar (aunque algunas veces sea todo lo contrario), se siente como responden ante la actitud del maestro, además procuro no sentarme e interactuar con ellos en el aula, pero ya para las últimas clases ya no aguanto ese ritmo, y sí, noto una gran diferencia en la respuesta de los alumnos.
Algunas veces de forma grupal o individual los alumnos desarrollan los temas, y al final nada más aclaro las dudas, pero sí he de confesar que muchas de las veces caigo en el método tradicionalista y dicto los contenidos o los explico, y los alumnos toman nota de lo que consideran más importante.
Esto no quiere decir que no me he preocupado por actualizarme en los procesos de enseñanza-aprendizaje, sólo que se me dificulta el no caer en lo tradicionalista pero siento que voy avanzando si comparo mi forma de trabajar actual al de hace algunos años.

En seguida para que conozcan más de mí, les cuento:


Mi confrontación con la docencia.

Cuando estaba en la preparatoria, mi profesor de psicología me dijo que estudiara para maestra, que esa era mi vocación (según los resultados de un test vocacional), yo contesté: Es lo último que estudiaría, yo no tengo paciencia. Y como yo quería estudiar Medicina y por varios motivos no pude entrar a la carrera, elegí otra afín, la de Radiología. Al terminar la carrera trabajé un año en el hospital infantil de la Cd. de Chihuahua, y después me fui casi por dos años a la Cd. de México a hacer una especialización en Anatomía Radiológica y Tomografía Computarizada, al mismo tiempo que cubría las vacaciones de los radiólogos en un Hospital privado.
Cuando regresé a mi pueblo Aldama Chihuahua a 20 minutos de la capital y dónde estudié la preparatoria (en aquel tiempo era particular y que se había mantenido con mucho sacrificio , los maestros eran todos universitarios y lo hacían como un servicio social , ya que percibían sólo una compensación de las colegiaturas de los alumnos, que por cierto eran muy pocos) el director , me visitó para pedirme que apoyara como ex alumna a mi escuela con las clases de Anatomía Humana , yo acepté con gusto pero le dije que sólo ese semestre de Septiembre- Enero , y todo fue que empezara a dar las clases, me sentí como pez en el agua, sentía que disfrutaba el compartir mis conocimientos y que les fueran útiles a demás , y ese: por mientras, ya ha durado 25 años.
Al principio sólo me preocupaba por estudiar, he ir adquiriendo conocimientos ya que después me fueron aumentando materias relacionadas como Biología, C. de la Salud, Ecología.
Además los alumnos de hace más de 20 años eran tan diferentes, querían aprovechar la oportunidad que tenían de estudiar, sentían un gran respeto por los maestros, querían a su escuela, sacaban todo su potencial y daban lo mejor de sí, eran grupos muy pequeños (recuerdo un grupo de 9 hombres y 2 mujeres) y otras características que ayudaban muchísimo a los docentes para cumplir con nuestra labor.

Durante todo este tiempo he ido viendo como van evolucionando las generaciones y aunque siempre ha sido una gran responsabilidad de los docentes, cada vez es más difícil, sobre todo para los que ya tenemos mucho tiempo en esta noble labor porque algunos nos resistimos al cambio inconscientemente, porque claro los alumnos nos rebasan sobre todo en el manejo de la tecnología.

Me siento muy afortunada de haber tenido esta gran experiencia como profesor del Nivel Medio Superior y durante tanto tiempo, porque el trabajar con jóvenes, sí, es agotador pero muy gratificante , nos inyectan energía, jovialidad, aprendemos tanto de ellos, que cuando estoy de vacaciones, siento todas las enfermedades propias de mi edad. Además me ha dado tantas satisfacciones, cuando los alumnos le reconocen a uno una buena clase, cuando son profesionistas y la saludan con gusto, cuando la presentan con su familia como su querida maestra, cuando tienes como padre de familia a un ex alumno que le dice a su hijo, también es mi maestra, etc.
Como ya lo mencionaron algunos de mis compañeros, es un gran compromiso porque somos formadores del futuro de nuestro país y además es dentro de este nivel educativo
donde tendrán que decidir también sobre su futuro.
Las necesidades de estas nuevas generaciones, exigen que nos preparemos constantemente, y es nuestra responsabilidad, por esto, estoy en la mejor disposición de aprovechar este curso así como los conocimientos y experiencias que compartan todos mis compañeros y la guía de mi tutor, que me ayudarán a ser mejor en mi docencia.